Esta tierra sobre los
ojos, este paño pegajoso, negro de estrellas impasibles, esta noche
continua, esta distancia. Te quiero país, tirado abajo del mar, pez
panza arriba, pobre sombra de país, lleno de vientos, de monumentos y
esperpentos, de orgullo sin objeto, sujeto para asaltos, estúpido
curdela inofensivo puteando y sacudiendo banderitas, repartiendo
escarapelas en la lluvia, salpicando de babas y estupor canchas de
fútbol y ring sides. Pobres negros. Te estás quemando a fuego lento y
donde el fuego, donde el que come los asados y tira los huesos,
malandras, cajetillas, señores y cafishios, diputados, tilingas de
apellido compuesto, gordas tejiendo a dos agujas, maestras normales,
curas, escribanos, centroforwards livianos, Fangio solo, tenientes
primeros, coroneles, generales, marinos, sanidad, carnavales, obispos,
bagualas, chamamés, malambos, mambos, tangos, secretarías,
subsecretarías, jefes, contrajefes, truco, contraflor al resto. y qué
carajo si la casita era un sueño, si lo mataron en pelea, si usted lo
ve, lo prueba, y se lo lleva, liquidación forzosa, se remata hasta lo
último. Te quiero país tirado a la vereda, caja de fósforos vacía.Te
quiero, tacho de basura que se llevan sobre una cureña envuelto en una
bandera que nos legó Belgrano, mientras las viejas lloran en el velorio,
y anda el mate con su verde consuelo, lotería de pobre. En cada piso
hay alguien que nació haciendo discursos para algún otro que nació para
escucharlos y pelarse las manos. pobres negros que juntan las ganas de
ser blancos, Pobres blancos que viven en un carnaval de negros. Qué
quiniela, hermanito, en Boedo, en la Boca, en las chapas de zinc donde
el río se frota, en la Plaza de Mayo, donde ronda la muerte trajeada de
mentira. Te quiero, país desnudo que sueña con un smoking, vicecampeón
del mundo en cualquier cosa, en lo que salga: tercera posición, energía
nuclear, justicialismo, vacas, tango, coraje, puño, viveza y elegancia.
Tan triste en lo lo más hondo del grito, tan golpeado en lo mejor de la
garufa, tan garifo a la hora de la autopsia. Pero te quiero, país de
barro y otros te quieren, y algo saldrá de este sentir. Hoy es
distancia, fuga, no te metas, quévachaché, dale que va, paciencia. La
tierra, entre los dedos, la basura en los ojos, ser argentino es estar
triste, ser argentino es estar lejos, y no decir mañana porque ya basta
con ser flojo ahora. Tapándome la cara, me acuerdo de una estrella en
pleno campo, me acuerdo de un amanecer de Puna, de Tilcara de tarde, de
Paraná fragante, de Tupungato arisca, de un vuelo de flamencos quemando
un horizonte de bañados. Te quiero país, pañuelo sucio, con tus calles
cubiertas de carteles peronistas, te quiero sin esperanzas y sin perdón,
sin vuelta y sin derecho, nada más que de lejos y amargado. Y de noche.
Julio Cortázar.-
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